La curiosidad
Hoy escribimos sobre la curiosidad, ese magnífico atributo que identificamos en muchos de nuestros huéspedes y que tanto nos encanta.
Si miramos un diccionario curiosidad significa: "Deseo de ver, averiguar o saber una cosa". Esto lo podemos interpretar de un modo benigno, y también del modo cotilla. Si hablamos de curiosidad por supuesto que nos referimos a su acepción más benigna, porque es un atributo que identificamos en los huéspedes del Hotel Nafarrola
Su curiosidad se manifiesta de distintas maneras. Les gusta conocer la historia de Nafarrola, cómo surge este proyecto, qué era Nafarrola previamente, y quienes habitaron este magnífico entorno.
También son curiosos con la gastronomía: visitan nuestros proveedores, compran tomate en los invernaderos de Izaskun y Joseba, o nos piden limones de Lourdes, o quieren saber dónde comprar las anchoas y demás conservas típicas de Bermeo. La historia de La Gaviota, Gaztelugatxe, Gernika y su bombardeo, el Bosque de Oma o la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Son curiosos con el euskera, que tanto nos define. Nuestra cultura. Preguntan por su origen, por las diferencias con sus idiomas de referencia, y sus caras reflejan el misticismo de alguien que ha encontrado respuestas a un campo nuevo y desconocido.
Y además se dejan sorprender... nos encanta que quieran que les propongamos experiencias mágicas. Espacios inesperados, y únicos. Una puesta de sol en un lugar especial. O sencillamente un paseo por un bosque centenario.
En definitiva, curiosos. Curiosos y simpáticos. Así son los huéspedes del Hotel Nafarrola. Y nos encanta que así sean, porque así da gusto dar lo mejor de uno mismo y engrandecer nuestra autodenominada labor de embajadores de nuestra tierra. Curiosos del mundo, bienvenidos a Nafarrola!